martes, 23 de agosto de 2011

Pedir un referendun ya !


Una décima parte de los Diputados o de los Senadores puede solicitar un referéndum vinculante sobre el establecimiento de un límite al déficit públicoEl Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha hecho un anuncio inesperado este martes en el pleno extraordinario: reformar la Constitución para introducir un límite al déficit público.

El límite al déficit no es algo abstracto: es lo que va a determinar que tengas o no acceso a la educación o a la sanidad, entre otras muchas cosas. Limitar el déficit es limitar la inversión en la sociedad. Con esto, el Gobierno podrá dejar a personas como tú en la cuneta. Pero podemos detener esta iniciativa.

La Constitución no exige que esta modificación sea aprobada por referéndum vinculante. Para que los ciudadanos seamos consultados sobre esta cuestión fundamental que va a afectar al resto de nuestras vidas es necesario que una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras lo solicite tras su aprobación en el Congreso y el Senado.

Los ciudadanos debemos poder votar en un asunto tan fundamental como este. Pide a los Diputados y Senadores de todos los grupos políticos que se comprometan a solicitar la celebración del referéndum para su ratificación como permite la Constitución en su artículo 167.3.

Una democracia, donde no se puede identificar a su policia , que es ?



¿Por qué se retira la placa (blanca) de identificación este policía? Exigimos al ministro del interior la visibilidad de la identificación de los policías y agentes antidisturbios.


Exigimos que lleven la identificación impresa o de cualquier otra manera, sobre el casco, o sobre los chalecos protectores o prendas exteriores. Que no se la puedan retirar. Visibles a dos metros de distancia como mínimo.

No es suficiente un recuadro en blanco de 31 x 26 milimetros como ya recoge la Ley.

Los ciudadanos españoles deberíamos poder identificar con claridad a los agentes antidisturbios. El Ministerio del Interior, en una instrucción del 2007, y la Generalitat, en un decreto publicado en noviembre del 2008, establecen que todos los agentes deben llevar bien visible el número de identificación personal.

Sin embargo, no es así. Cuando hay cargas policiales, tanto los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra como los del Cuerpo Nacional de Policía incumplen esas normas y actúan sin que su identificación sea visible. Bien porque se retiran la placa o porque la tapan.

De este modo los ciudadanos no podemos denunciar presuntas ilegalidades o comportamientos violentos y antidemocráticos.

No más #policíailegal. Actua

Carta al policia deshumanizado...



Hola César Augusto. Hemos visto tu mensaje en la red. Ése en que te quejabas de ser Policía Nacional y tener que aguantar tropelías del 15M a no sé cuantos grados (que soportamos todos). Ahora está en todos ...los foros de los "guarros" a los que mencionabas y algunos más, con una captura de pantalla.



No te he mandado este mensaje para insultarte ni atacarte; leer esto hasta el final no te vendría mal, puesto que eres funcionario público. Y volver a leerlo cuando hayas dejado de estar cabreado también te ayudará.



Hay muchas familias sin salida en este país, y no todos somos "guarros", sino personas perfectamente competentes. No sé si tu también eres "víctima" de este sistema, pero acepta este consejo: si vas a publicar algo en la red en tu facebook procura no poner en peligro tu puesto de trabajo, que con la ayuda de 426 euros (sin derecho a jubilación), durante unos meses, dudo que te ayude a llegar a final de mes.



La gente a la que proteges sin saberlo (los banqueros, no los ciudadanos), les importáis una mierda todos los funcionarios; en Grecia les han bajado un porcentaje muy alto de su nómina y han echado a la calle a otros 150 mil funcionarios. Si nos tuvieran que rescatar más adelante, también podrían echar a la cuarta parte de los funcionarios de España, como ha pasado en Grecia(ya está hecho, no es algo que podría pasar, ha pasado). Esto es, 1 de cada cuatro compañeros tuyos, el 25%, irían a la calle(si no te toca a ti) y a tí te reducirían drásticamente el sueldo. Para pagar a los bancos que generaron la crisis. Así están las cosas.



Que no te afecte a tí ahora no significa que no terminará afectándote, eso tenlo claro. Y que haya 4 "guarros" en la calle no significa que no seamos más de 5 millones de indignados, lo único que ocurre es que todo el mundo dice -hasta ahora-: "no se puede hacer nada", y no hacen nada. A mí me avergüenza mucho más esa gente, cobardes, que nos meten a todos en el caos de este estado de supuesto derecho, asintiendo en vez de encolerizándose. Y sí, ahora somos pocos; sólo espero que no te toque contener a las "masas" cuando esto vaya a más, e irá, porque las medidas serán empobrecer aún más a la población para tener un mejor control.Mostra'n més...

Fa 17 minuts · Ja no m'agradaM'agrada · 1 personaCarregant....

Crímenes económicos contra la humanidad !

Según la Corte Penal Internacional, crimen contra la humanidad es "cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil". Desde la II Guerra Mundial nos hemos familiarizado con este concepto y con la idea de que, no importa cuál haya sido su magnitud, es posible y obligado investigar estos crímenes y hacer pagar a los culpables.




Solo Islandia persiguió penalmente a los responsables de la crisis y dejó que sus bancos se hundieran


Los Gobiernos protegen a quienes han provocado la crisis

Situaciones como las que ha generado la crisis económica han hecho que se empiece a hablar de crímenes económicos contra la humanidad. El concepto no es nuevo. Ya en los años 1950 el economista neoclásico y premio Nobel Gary Becker introdujo su "teoría del crimen" a nivel microeconómico. La probabilidad de que un individuo cometa un crimen depende, para Becker, del riesgo que asume, del posible botín y del posible castigo. A nivel macroeconómico, el concepto se usó en los debates sobre las políticas de ajuste estructural promovidas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial durante los ochenta y noventa, que acarrearon gravísimos costes sociales a la población de África, América Latina, Asia (durante la crisis asiática de 1997-98) y la Europa del Este. Muchos analistas señalaron a estos organismos, a las políticas que patrocinaron y a los economistas que las diseñaron como responsables, especialmente el FMI, que quedó muy desprestigiado tras la crisis asiática.



En la actualidad son los países occidentales los que sufren los costes sociales de la crisis financiera y de empleo, y de los planes de austeridad que supuestamente luchan contra ella. La pérdida de derechos fundamentales como el trabajo y la vivienda y el sufrimiento de millones de familias que ven en peligro su supervivencia son ejemplos de los costes aterradores de esta crisis. Los hogares que viven en la pobreza están creciendo de forma imparable. Pero ¿quiénes son los responsables? Los mercados, leemos y oímos cada día.



En un artículo publicado en Businessweek el 20 de marzo de 2009 con el título "Wall Street's economic crimes against humanity", Shoshana Zuboff, antigua profesora de la Harvard Business School, sostenía que el que los responsables de la crisis nieguen las consecuencias de sus acciones demuestra "la banalidad del mal" y el "narcisismo institucionalizado" en nuestras sociedades. Es una muestra de la falta de responsabilidad y de la "distancia emocional" con que han acumulado sumas millonarias quienes ahora niegan cualquier relación con el daño provocado. Culpar solo al sistema no es aceptable, argumentaba Zuboff, como no lo habría sido culpar de los crímenes nazis solo a las ideas, y no a quienes los cometieron.



Culpar a los mercados es efectivamente quedarse en la superficie del problema. Hay responsables, y son personas e instituciones concretas: son quienes defendieron la liberalización sin control de los mercados financieros; los ejecutivos y empresas que se beneficiaron de los excesos del mercado durante el boom financiero; quienes permitieron sus prácticas y quienes les permiten ahora salir indemnes y robustecidos, con más dinero público, a cambio de nada. Empresas como Lehman Brothers o Goldman Sachs, bancos que permitieron la proliferación de créditos basura, auditoras que supuestamente garantizaban las cuentas de las empresas, y gente como Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal norteamericana durante los Gobiernos de Bush y Clinton, opositor a ultranza a la regulación de los mercados financieros.



La Comisión del Congreso norteamericano sobre los orígenes de la crisis ha sido esclarecedora en este sentido. Creada por el presidente Obama en 2009 para investigar las acciones ilegales o criminales de la industria financiera, ha entrevistado a más de 700 expertos. Su informe, hecho público el pasado enero, concluye que la crisis se hubiera podido evitar. Señala fallos en los sistemas de regulación y supervisión financiera del Gobierno y de las empresas, en las prácticas contables y auditoras y en la transparencia en los negocios. La Comisión investigó el papel directo de algunos gigantes de Wall Street en el desastre financiero, por ejemplo en el mercado de subprimes, y el de las agencias encargadas del ranking de bonos. Es importante entender los distintos grados de responsabilidad de cada actor de este drama, pero no es admisible la sensación de impunidad sin "responsables".



En cuanto a las víctimas de los crímenes económicos, en España un 20% de desempleo desde hace más de dos años significa un enorme coste económico y humano. Miles de familias sufren las consecuencias de haber creído que pagarían hipotecas con sueldos mileuristas: 90.000 ejecuciones hipotecarias en 2009 y 180.000 en 2010. En EE UU, la tasa de paro es la mitad de la española, pero supone unos 26 millones de parados, lo cual implica un tremendo aumento de la pobreza en uno de los países más ricos del mundo. Según la Comisión sobre la Crisis Financiera, más de cuatro millones de familias han perdido sus casas, y cuatro millones y medio están en procesos de desahucio. Once billones de dólares de "riqueza familiar" han "desaparecido" al desvalorizarse sus patrimonios, incluyendo casas, pensiones y ahorros. Otra consecuencia de la crisis es su efecto sobre los precios de alimentos y otras materias primas básicas, sectores hacia los que los especuladores están desviando sus capitales. El resultado es la inflación de sus precios y el aumento aún mayor de la pobreza.



En algunos casos notorios de fraude como el de Madoff, el autor está en la cárcel y el proceso judicial contra él continúa porque sus víctimas tienen poder económico. Pero en general, quienes han provocado la crisis no solo han recogido unas ganancias fabulosas, sino que no temen castigo alguno. Nadie investiga sus responsabilidades ni sus decisiones. Los Gobiernos los protegen y el aparato judicial no los persigue.



Si tuviéramos nociones claras de qué es un crimen económico y si existieran mecanismos para investigarlos y perseguirlos se hubieran podido evitar muchos de los actuales problemas. No es una utopía. Islandia ofrece un ejemplo muy interesante. En vez de rescatar a los banqueros que arruinaron al país en 2008, la fiscalía abrió una investigación penal contra los responsables. En 2009 el Gobierno entero tuvo que dimitir y el pago de la deuda de la banca quedó bloqueado. Islandia no ha socializado las pérdidas como están haciendo muchos países, incluida España, sino que ha aceptado que los responsables fueran castigados y que sus bancos se hundieran.



De la misma forma que se crearon instituciones y procedimientos para perseguir los crímenes políticos contra la humanidad, es hora de hacer lo mismo con los económicos. Este es un buen momento, dada su existencia difícil de refutar. Es urgente que la noción de "crimen económico" se incorpore al discurso ciudadano y se entienda su importancia para construir la democracia económica y política. Como mínimo nos hará ver la necesidad de regular los mercados para que, como dice Polanyi, estén al servicio de la sociedad, y no viceversa.



Lourdes Benería es profesora de Economía en la Universidad de Cornell. Carmen Sarasúa es profesora de Historia Económica en la Universidad Autónoma de Barcelona.